Florencia es una ciudad para perderse y dejarse asombrar por los impactantes monumentos que
atesoran esta capital de la Toscana, en la que la arquitectura y el arte renacentista toman pulso en
cada rincón. Sin duda, uno de los tesoros más importantes que guardan sus calles es el Duomo, es
decir, la catedral, cuyo nombre real es Catedral de Santa María del Fiore, y que puede encontrarse
en la Piazza del Duomo.
El arte del Duomo de Florencia
La Catedral de Florencia es sin duda una de las grandes obras maestras del arte gótico y de esa
primera etapa del Renacimiento italiano. El comienzo de su construcción se remonta al siglo XIII y
se ubica en la Piazza el Duomo.
De sus paredes emana la riqueza y el poder que la consagraron como uno los principales lugares de
visita de la ciudad. Entre los aspectos más destacados, sin duda, destaca la espectacular cúpula
diseñada por el gran Filippo Brunelleschi, que llega a tener 41 metros de diámetro de luz interior,
45 metros de diámetro y 100 metros de altura. Además, es igualmente impactante los cerca de 160
metros de longitud y 43 metros de ancho, que hacen de esta Catedral una de las más grandes del
mundo.
Asimismo, dentro de la misma pueden apreciarse frescos objetos dedicados a algunos de los
principales personajes históricos de la propia ciudad, como son Dante o la escultura ecuestre de
Giovanni Acuto. Por otro lado, los frescos que pueden verse en el interior son de Giorgio Vasari.
Otro de los elementos que más destaca el viajero cuando llega al Duomo de Florencia es el
campanario (campanille), que no se encuentra pegado a la iglesia.
Una auténtica obra maestra de la arquitectura que guarda un secreto: el propio Brunelleschi fue
enterrado en la cripta de la catedral, cuyo acceso fue descubierto a mediados del siglo XX.
Dentro del conjunto del Duomo hay otro elemento tremendamente impactante: el Battistero di San
Giovanni, considerado a su vez como el edificio más antiguo de la Piazza del Duomo. Se encuentra
justo en frente de la Catedral, y su estructura está recubierta con un revestimiento del característico
marmol blanco y verde.
