Llegar a Toledo implica dejar volar la imaginación a una ciudad que en otro tiempo fue el eje de
todo lo que pasaba en la península ibérica, una especia de epicentro en el que sus calles son capaces
de hablar para relatar las muchas aventuras e Historia que desprenden. En esta entrada vamos a
repasar los lugares imprescindibles para conocer en Toledo, la ciudad de las tres culturas en las que
hubo un tiempo en el que todo confluía.

Top lugares imprescindibles de Toledo

Uno de los principales lugares en los que el viajero tiene que detenerse es en el Alcazar. Una
fortificación que corona la ciudad y que puede ser vista desde cualquier lugar. Construido en
tiempos de la presencia musulmana en el siglo X, se alza imponente para vigilar y salvaguardar
todos los rincones medievales de la ciudad. Sin duda, el edificio más emblemático de la ciudad que
ha tenido muchos usos y remodelaciones a lo largo de sus más de 1.000 años de historia. De hecho,
solo se conservan restos de su primigenio diseño en su fachada este. Hoy en día alberga el Museo
del Ejército y la Biblioteca de Castilla-La Mancha.
Igualmente importante es visitar la Catedral. Su estructura, composición e Historia hacen que una
vez te topes con ella tengas la sensación de retroceder en el tiempo. Su belleza y grandeza te atrapan
y es uno de los edificios más característicos de Toledo, por lo que su visita es obligada. Estamos
ante una de las mejores concepciones del estilo gótico que se comenzó a construir en el siglo XIII
pero que no se terminaría hasta casi tres siglos después, de ahí que pueda apreciarse la presencia de
algunos rasgos distintivos de otros estilos.
El Greco es uno de los personajes más ilustres que ha dado esta ciudad de Castilla La Mancha. Hoy
en día es posible visitar la Casa Museo El Greco, y dejarse llevar por sus mejores obras y conocer
cómo fue la vida de este hombre dedicado a las artes y la pintura. De hecho, entre los
imprescindibles de Toledo está presenciar una de sus obras más famosas: El entierro del Conde
Orgaz. Este cuadro se puede contemplar en la iglesia de Santo Tomé. Es uno de los cuadros más
grandes del siglo XV en España, con casi 5 metros de largo.
Probablemente sea una de las imágenes que ilustren cualquier guía de turismo que promocione
España: la vista de la ciudad de Toledo con su imponente río Tajo en el fondo. Es posible sacar una
de esas bellas postales desde el Mirador del Valle, que te dará la foto más reproducida, aunque hay
otros muchos miradores más.
La Mezquita del Cristo de la Luz se encuentra del mismo modo dentro de esos monumentos que
podemos considerar imprescindibles a la hora de visitar Toledo, ya que cuenta con una tremenda
Historia. Se trata de una joya de la arquitectura musulmana que fue construida en el siglo X y que
puede considerarse como el monumento erguido más antiguo de Toledo.
Para tener una idea de la importancia de las tres culturas que convivieron en Toledo, cabe detenerse
en la Sinagoga de Santa María la Blanca (siglo XIII), que además, cuenta con una espectacular
leyenda: se dice que fue construida con tierra traída directamente de Jerusalén. Sirva esta Sinagoga
para adentrarnos en el barrio judio, que en el siglo XV contaba con 10 sinagogas, dato que sirve
para ilustrar la importancia de la cultura judía de la época en Toledo. La Sinagoga de Santa María la
Blanca tiene diseño mudéjar con marcadas influencias almohades. Cuenta con cinco naves y 28 arcos de herradura.
Y para terminar la vista o para comenzarla, la plaza del Zocodover es el comienzo del recorrido, el
lugar al que todo viajero llega y comienza a barruntar qué pueden ofrecer las cuestas que va dejando
la ciudad y que se erige como el centro neurálgico de toda actividad, haciendo las funciones de una
Plaza Mayor. En este caso, es fácil percatarse de que el nombre procede del árabe y su traducción al
castellano significaría algo así como «mercado de bestias de carga».

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